Las tabletas llegaron en mal momento. Nunca encontraron, en realidad, su sitio entre el teléfono móvil y los ordenadores. Pero quizá no iban a ser sustitutos sino, más bien, productos de acompañamiento. Y así ha sido. Son equipos fantásticos para consumir contenido multimedia, aunque con el tiempo se fueron llenando de prestaciones cada vez más avanzadas. Un ejemplo de equilibrio es el iPad Air, nuevo modelo de la multinacional estadounidense, que por cualidades puede canibalizar a su hermano el iPad Pro.
Se trata de la cuarta versión de esta familia que ahora tiene mucho más sentido. Se encuentra a caballo entre el iPad más básico y el modelo superior, con el que se sitúa incluso más cerca. Destaca por su nuevo diseño, sobrio y de bordes cuadrados que le otorga una estética elegante y robusta. Muy de gama alta. Todas sus «tripas» se han renovado al completo, con un chip A14 Bionic de fabricación propia. Es muy potente. Es el mismo que el que montan los iPhone 12 pero es la demostración que viene alineado perfectamente para lograr un rendimiento solvente y fluido, que viene además empujado por 4 GB de memoria RAM.
El equipo es ligero y liviano, de solo 6.1 milímetros de grosor. Solo por comparar, el iPad de «normal» tiene 7.5 mm y el iPad Pro, 5.9 mm. Tiene una pantalla de 10,9 pulgadas con pocos bordes, con lo que se tiene a disposición un panel táctil muy amplio para ver contenido y crearlo. Bien construido, recuerda …