Procrastinar es algo mucho más común de lo que se cree. De hecho, un estudio reciente señala que dos de cada 10 mexicanos tienden a postergar tareas importantes. El problema con este comportamiento es que tarde o temprano llega el momento de enfrentar aquello que antes se evitaba, solo para descubrir que se ha convertido en un desafío mucho más grande del que era inicialmente.
Se suele pensar que la única razón detrás de la procrastinación es simplemente pereza. Sin embargo, existen varios motivos que impiden que una persona encuentre la motivación para llevar a cabo una tarea. Algunos expertos afirman que detrás de este hábito, que puede afectar seriamente nuestra productividad, existen factores emocionales como la ansiedad.
Cuando la ansiedad te frena antes de empezar
En un artículo publicado en FastCompany, Elizabeth Grace Saunders, escritora especializada en gestión del tiempo, menciona que es importante identificar las emociones que impiden comenzar con alguna actividad. De acuerdo con la autora, reconocer dichas emociones puede ayudar a afrontar dicha tarea antes de que sea demasiado tarde.
Una de las principales causas de procrastinación es la ansiedad. Cuando un proyecto parece tan complicado o tedioso que el simple hecho de pensar en este genera tanta inseguridad que, de forma subconsciente, el cerebro se bloquea para evitar hacerlo. Sin embargo, esto solo genera más estrés y ansiedad a medida que se acerca la fecha límite.
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