Cuando recibimos un correo electrónico, no todo el contenido que vemos llega con el correo en sí. Es muy común, sobre todo pensando en disminuir el tamaño de los envíos, que parte del contenido se guarde en un servidor y que se envíe un simple HTML que instruye a nuestro cliente, en este caso Mail, para que descargue y muestre todo lo necesario. Un recurso interesante que, sin embargo, tiene importantes implicaciones para nuestra privacidad.
Protección de privacidad en Mail: la eficiencia de modificar la forma de descargar
Cuando abrimos un correo electrónico que hemos recibido, Mail descarga, de forma automática, todo el contenido que forma parte de él. Así, se establece una comunicación directa entre Mail y el servidor en cuestión, como podemos comprobar desde el Informe de Privacidad de las Apps. Una comunicación en la que el servidor conocerá nuestra dirección IP. Con este simple dato el servidor puede geolocalizarnos y saber desde dónde hemos abierto el correo. La hora y el hecho de haberlo abierto se deducen de la misma conexión.
Ante esta situación, Apple nos ofrece una herramienta que, sin más que activarla la primera vez, se ocupa de proteger nuestra privacidad frente a todo este seguimiento. ¿Cómo? Muy fácil. Siempre que llegue un correo y nada más llegar, Mail solicita el contenido remoto a través de los servidores de Apple. Esto evita que se pueda saber cuándo lo abrimos, pues se descarga el contenido nada más recibir …