El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, visitó ayer el Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE) para pulsar el botón de puesta en marcha del superordenador Caléndula, tras multiplicar por diez su potencia de cálculo, algo que se pretende aprovechar para que contribuya a impulsar la investigación científica y el desarrollo de la IA.
La capacidad de Caléndula se sitúa ahora en los 7.000 Teraflops, lo que, traducido en términos comprensibles y prácticos, viene a ser la capacidad de leer en un solo segundo 12.000 libros de la extensión de El Quijote... un dato que lo convierte en el segundo supercomputador más potente de todo el país, sólo por detrás del MareNostrum del Centro Nacional de Supercomputación BSC.
1 TFLOP = 10 elevado a 12 operaciones de coma flotante por segundo
15 años computando
Para lograr esto, los contribuyentes castellanoleoneses han desembolsado 20 millones de euros destinados no sólo a la actualización del hardware y software del superordenador, sino también la construcción de una nueva sede de 1.500 metros cuadrados para la Fundación SCAYLE (dependiente de la Universidad de León), que se prevé concluirá en 2025.
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