Todo buen anfitrión, antes de ofrecer fiesta en casa, tiene listo hasta el último detalle. El problema es que tú no eres un buen anfitrión, y a solo unas horas antes de que de comienzo has descubierto que lo tienes todo listo excepto un pequeño detalle: los hielos. Y tu viejo frigorífico no está por la labor. Read more...