Es comprensible que Vladimir Putin se mostrara renuente en su momento a actualizar su ordenador con Windows XP para pasarse a Windows Vista, sobre todo si tenemos en cuenta las críticas negativas que este último SO de Microsoft cosechó en su momento.
Pero, habiendo pasado ya más de una década desde el lanzamiento de Windows 7, y ocho meses desde que la última versión de Windows XP dejó de recibir soporte, nadie esperaría que el máximo mandatario ruso siguiera usando este último sistema operativo. Y no sólo en el PC de su domicilio, también en el que usa en su oficina presidencial.
¿Depende el Kremlin de un SO sin soporte oficial?
Inesperado, pero eso es lo que demuestran las fotos publicadas por el propio Kremlin. En general, no es extraño encontrarnos con administraciones públicas que, por falta de presupuesto y/o por los inevitables retrasos generados por la burocracia, terminan trabajando con software desactualizado (como le ocurría a comienzos de año al Congreso de los Diputados).
Pero claro, no todas las administraciones son el Kremlin. Y, en este caso, el motivo de conservar este sistema operativo (desaconsejado por el gobierno estadounidense desde 2014) es que es el último Windows que las autoridades rusas certificaron oficialmente como 'seguro': sus funcionarios pueden usar versiones más modernas del sistema de Microsoft, pero si el ordenador en cuestión va a albergar potenciales secretos de estado, las opciones se limitan a Windows XP o a algún SO alternativo, como AstraLinux.
…