Está claro que hoy día el software y las aplicaciones, sobre todo las móviles, dominan nuestra vida. ¿Cuántas aplicaciones utilizamos al día en nuestro teléfono? Sólo en la Play Store de Google hay más de 3,5 millones.
Pero este efecto de software y aplicación no sólo afecta al consumidor final, sino también lo hace a las empresas que necesitan producir más y más aplicaciones para sus empleados. Pero lo que termina ocurriendo realmente en casi todas las organizaciones es que las «apps» corporativas necesitan mucho tiempo para desarrollarse y quedan obsoletas muy rápido. Todavía hay organizaciones que tienen que trabajar con Windows XP, un sistema operativo con 18 años a sus espaldas porque sus aplicaciones corporativas sólo funcionan ahí.
Una nueva modalidad de desarrollo de «apps» para agilizar su creación es el llamado «low code», es decir, código bajo, donde no es necesario programar todo desde cero sino más bien se trata de unir componentes y servicios existentes para poder crear software de forma ágil y sencilla. Es algo parecido a unir piezas de un puzzle y luego aplicar pegamento para unirlas. De momento sólo el 11% de las aplicaciones de empresa se crean con este sistema, el 59% son aplicaciones sin adaptar y el otro 30% están hechas a medida.
Matt Calkins, CEO de Appian: «Si quieres integrar Salesforce, una de las aplicaciones más usadas en Appian, no necesitas entenderlo, simplemente añadirlo a tu proyecto».
El líder en esta nueva tendencia es Appian que ya atiende a la …