El problema de los besos, o más formalmente el "kissing number problem," es una cuestión que ha mantenido a los matemáticos ocupados desde tiempos de Sir Isaac Newton. Y no, por si te lo estabas preguntando, poco tiene que ver con besar a otras personas, aunque sí con besos de tres. De tres o más esferas, al menos.
La pregunta es la siguiente: ¿cuántos círculos, esferas, hiperesferas, o más allá de eso, pueden tocar a otro círculo, esfera, hiperesfera o demás, de igual tamaño, sin que se superpongan? Aunque pueda sonar ligeramente descabellado, sus aplicaciones son impresionantes: desde la física de materiales hasta la creación de algoritmos computacionales súper optimizados. Este es el problema de los besos.
Voy a comenzar hablando de Sir Isaac Newton, quizás el físico más impresionante que alguna vez haya pisado la Tierra. En algún momento de su vida, Newton abordó el problema de los besos junto con David Gregory, matemático y académico de la Universidad de Oxford. Aunque este problema no se creó en las mentes de Newton y Gregory, sí fueron los primeros en estudiarlo a fondo en tres dimensiones.
Este problema dejó clara la genialidad de Newton, así como la diferencia que había entre él y las mentes más brillantes de su época.
Círculos, esferas e hiper-esferas
Pero ya llegaremos a eso; antes de seguir con la historia de Newton, recapitulemos un poco el problema de los besos. Quizás la manera más didáctica de visualizar …