El mundo de las distribuciones Linux es diverso y amplísimo, ofreciéndonos sistemas adaptados a prácticamente cualquier necesidad imaginable. Dentro de esta amplia gama de opciones, hay un concepto que ha ido ganando popularidad en los últimos años: el de la "distribución inmutable", enfocada en la estabilidad y consistencia del sistema.
¿Qué es, exactamente, una distribución 'inmutable'?
Una distribución inmutable de Linux es un tipo de sistema operativo donde la base del sistema está diseñada para ser de sólo lectura, no siendo alterable ni por el usuario ni por procesos del sistema.
Y cuando hablamos de 'la base' no nos referimos únicamente al kernel, sino al conjunto del software 'básico', un concepto cuya definición varía en cada distribución, pero que suele incluir un entorno de escritorio y varias utilidades gráficas (además de, por supuesto, las clásicas aplicaciones GNU y las bibliotecas esenciales del sistema).
Ojo, esto no es lo mismo que aquellos PCs de cibercafé que borraban todos los archivos descargados tras cada reinicio
Así, en lugar de permitir cambios continuos en el sistema operativo, las distribuciones inmutables aplican actualizaciones y modificaciones de una manera controlada y predecible: la 'base del sistema' se actualiza en bloque, en un formato de 'imagen' (como los archivos ISO) y de tal forma que facilita volver a la versión anterior (lo que se denomina 'rollback') si algo funciona mal tras la actualización.
¿Y el resto de aplicaciones que podamos querer ver instaladas en el sistema? ¿O las personalizaciones que queramos realizar en …