En 2018, Tyler Blevins -más conocido como 'Ninja'- tenía 27 años y era, con diferencia, el streamer más popular de Twitch. Su éxito como jugador de Fortnite le llevó a emitir sus partidas durante un mínimo de 8 horas todos los días del año, incluyendo domingos y festivos: en total 3.013 horas de emisiones con un promedio de 77.700 espectadores cada una.
Nuestro protagonista declaró querer convertirse en el 'David Beckham' de los videojuegos. El 14 de marzo de ese mismo año hizo lo más parecido a eso: jugar una partida online junto al rapero 'Drake' que congregó a más de 617.000 personas en su emisión. Pero después de ese momento culminante, se puso en marcha un principio ineludible de la física: todo lo que sube baja. Y 2019 iba a ser un mal año para él.
Lo que mal empieza mal acaba
Su participación en la Nochevieja de 2018, apareciendo en Time Square (el equivalente neoyorkino de nuestra Puerta del Sol) para gritarle a la gente que le escuchaba bajo la lluvia torrencial se 'moviera' ("¡No estoy viendo demasiado movimiento!") se sigue considerando hoy en día un momento legendariamente vergonzoso: nadie le hizo ni caso.
Quedó claro que 'Ninja' estaba empezando a sobreestimarse a sí mismo y a su influencia. Y a subestimar a los que venían por detrás de él: jugadores mucho más jóvenes le pasaron por encima dejándole fuera de la Copa Mundial de Fortnite. Su audiencia promedio empezaba a descender …