Como te quedas si te decimos que en el catálogo de productos de Apple, hay muchos que la compañía no quiere vender. No es que les de igual, ya que al final es dinero que ingresarán, pero lo que buscan con ellos es potenciar las ventas de otros productos que no siempre son más caros. Suena absurdo, pero es una práctica extendida entre otras muchas empresas y que los expertos en psicología y marketing conocen.
Se llama "efecto ancla", aunque también se le suele conocer con el nombre de "efecto gancho". La idea fundamental de todo es exponer dos o más productos relativamente similares, pero que uno sea un señuelo. Es decir que dada su diferencia de precio, el consumidor opte por comprar solo uno de ellos y que es el que la compañía pretende vender. Lo veremos de forma clara con ejemplos.
El primer iPad es el ejemplo perfecto del efecto ancla
Los psicólogos y expertos en neuromarketing explican este efecto utilizando un ancla metafórico que se queda en el cerebro del consumidor. Se trata de aportar un sesgo al consumidor para que cuando valore las diferencias de precio entre varios productos, este opte por el que le interese a la propia empresa. Y no necesariamente tiene que ser el más caro.
Para ello se basan en ofrecer una primera información que permanecerá de forma constante en la mente del consumidor. Esto es algo que los departamentos de marketing aprovechan mucho …