«Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas», esta cita atribuida al estratega militar y filósofo de la antigua China, Sun Tzu, bien podría trasladarse hoy al terreno de la política. Sin embargo, las formaciones y sus líderes parecen no ser conscientes de la gran cantidad de información a la que podrían acceder si siguieran en las redes sociales a sus adversarios en la arena política.
«Es común que los CEOs de diferentes empresas de un mismo sector se sigan entre ellos como una suerte de respeto profesional y fuente de información», señala
Jose Blanco Oliver
, fundador de Trendinalia.com, empresa dedicada al estudio de tendencias en redes sociales.Sin embargo, asegura Blanco, en la política española no sucede lo mismo. Así se observa cómo, por poner algunos ejemplos, el líder de VOX, Santiago Abascal, de todos los dirigentes de partidos nacionales, sólo sigue en Twitter a Pablo Casado o que a Albert Rivera no le interesa lo que Pablo Echenique o Irene Montero puedan decir en la red social, pese a que esta última sí es su ‘follower’.
«Estratégicamente hablando es un error, hoy por hoy Twitter se ha convertido en el mayor canal de comunicación del electorado, pero también una de las mejores maneras de conocer a la competencia», subraya Blanco.
En este sentido, el analista ha desarrollado una serie de representaciones gráficas -grafos- que permiten descubrir los entramados más profundos en las relaciones de los …