Jorge Lechuga Andrade es un ingeniero químico que cuenta con más de 30 años de experiencia profesional, su trabajo en la industria le ha llevado a repensar la forma de hacer las cosas, fue así como se le ocurrió que podía crearse una máquina desalinizadora de agua, que además fuera sustentable, y que no perjudicara el entorno. Mientras cursaba su doctorado en ingeniería de proyectos en la Universidad Politécnica de Cataluña desarrolló su idea logrando innovaciones en el proceso de desalinización del agua por ósmosis inversa centrífuga por generación de vórtices de Dean, las cuales le valieron el Premio Nacional del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos 2015.
Después de dedicar varios años de su vida a la investigación de los plásticos, su asesor del doctorado le recomendó dedicar sus esfuerzos investigativos a los procesos de desalinización de agua los cuales tienen una gran importancia tanto ecológica como económica en la actualidad.
Jorge comenta que al re-enfocar su objeto de estudio, logró tres innovaciones importantes: abaratar los consumos de energía, disminuir los costos de producción y generar la autolimpieza de las membranas que son la base de la desalinización.
Uno de los retos que planteaba era el de lograr que un sistema de ósmosis inversa tradicional fuera adaptado a una forma en que el consumo de energía disminuyera considerablemente, y es que la ósmosis consiste en tener una membrana estática la cual recibe agua a alta presión, impulsada por una bomba que consume mucha energía, generalmente derivada de combustibles fósiles, …