Potente, austero y orientado al consumo de videojuegos. La industria de la informática doméstica tradicional no está para echar cohetes, pero hay una categoría de notable crecimiento; la de portátiles para «gamers». Un público, por lo general, exigente, muy gastador y que piensa detenidamente las capacidades de los equipos para disfrutar de una de sus pasiones.

Muchas firmas han
encontrado un filón que explotar

en este tipo de productos, que por lo general superan con creces los mil euros de precio de salida. Razer, firma especializada en componentes para videojugadores, cuenta con varios modelos de ordenadores portátiles, uno de ellos, de lanzamiento reciente, es el Blade Stealth, cuya estética es lo primero que llama la atención, pero en su interior hay mucha tela que cortar.

No hay reglas escritas a la hora de hacerse con un portátil «gaming». Hay quien considera que, como mínimo, la pantalla debe tener unas 15 pulgadas. Superficie mínima para no quemarse las pestañas. Pero este tipo de equipos, sin embargo, suelen ser no solo muy costosos, sino auténticos mamotretos difícilmente transportables.

Cada vez más se pueden encontrar portátiles de 13.3 pulgadas perfectos para esta afición. En este caso, este nuevo dispositivo dispone de una pantalla de borde fino que le confiere una gran elegancia al mismo tiempo que ofrece una resolución que alcanza estas siglas tan perseguidas por la industria ahora mismo y que guía todo, el 4K, es decir, 3.840 x 2.160 píxeles, y que además, viene con funcionalidad táctil. Una definición …