El problema del drifting en los Joy-Con ha estado presente desde los primeros meses del Switch en el mercado. Sin embargo, las cosas se empezaron a poner más serias cuando la gente empezó a demandar a Nintendo por vender estos accesorios sabiendo que tenían un defecto de fábrica. Ahora, parece que todos los reclamos por este inconveniente tendrán que ser resueltos por medios exteriores, y ya no serán elegibles para ser resueltos en la corte, al menos en Estados Unidos.