Volando desde YouTube, surcando las salvajes galaxias de Reddit y dando saltos entre las grandes cadenas televisivas dedicadas a la animación, llegó a Netflix Final Space, sin hacer mucho ruido, pero dejando una perforación redondamente perfecta en el pecho de los que ya le hemos visto.
Sí, esta serie es dura. No se dejen engañar por el diseño de personajes a lo Simpson y los colores. De hecho, me siento muy mal en recomendarles algo que sé que los va a hacer sufrir.
La serie sigue las andanzas de Gary Goodspeed, quien al tratar de impresionar a una capitana de la milicia espacial (llamada Infinity) de nombre Quinn termina convertido en un “recluso” astronauta por cinco años a bordo de la nave Galaxy 1. Su única motivación es escribirle a Quinn cartas de amor que nunca contesta, platicar con la IA de la nave de nombre H.U.E. y odiar a muerte al robot K.V.N.
Todo es monotonía en su vida hasta que encuentra a Mooncake (el espécimen E-351), una especie de peluche extraterrestre verde, del que se encariña y al que comandos armados están buscando. A partir de ese momento se ve inmiscuido en una serie de intrigas espaciales en las que conviven una pintoresca gama de personajes, como Avocato, un alíen con forma de gato que intentaba matarlo y termina siendo su mejor amigo, el Pequeño Cato, su hijo rebelde, o el terrible Lord Commander.
[caption id="attachment_181892" align="alignnone" width="640"] Póster de Final Space (TBS)[/caption]
Cada capítulo inicia con un minuto en los últimos 10 …