Se trataba de John Barber, un granjero que murió de tuberculosis en el siglo XIX.
Corría el mes de noviembre de 1990 cuando una obra en una instalación de grava y arena de la localidad estadounidense de Griswold dejó al descubierto decenas de ataúdes y esqueletos humanos. Solo fue necesaria una rápida revisión a los archivos históricos de la zona… Seguir leyendo...