Nunca olvidaré la primera vez que vi una pelea de la UFC. Corría el año 2006 y en aquel entonces un joven vikingo estaba descubriendo el extenso universo de esa maravilla llamada Internet. Mi carnal, el buen Leo, me invitó a ver el brutal encuentro entre Vitor Belfort y Tank Abbot –que sucedió en el año 1997 y que alguien subió a la también joven plataforma YouTube–