Dicen que la inspiración puede venir de absolutamente cualquier lado, sobre todo de otros medios de entretenimiento que no necesariamente tengan mucho que ver con la obra que el autor está intentando representar. En 2010, los ucranianos de 4A Games convencieron al extinto THQ de hacer un FPS bajo el nombre de Metro 2033 basado en la novela del mismo título del escritor ruso, Dmitry Glukhovsky, quien ocho años antes, había liberado su obra en un sitio web para que cualquiera la pudiera disfrutar sin pagar un solo centavo. El resultado final de este primer juego fue distinto a todo lo que había allá afuera en aquel entonces, formando una sólida base de fans que terminaron por darle paso a una trilogía que en este 2019 está viendo su conclusión. Metro Exodus es justamente la culminación de la visión de un estudio ubicado en una parte del mundo de donde no suelen salir producciones de este tipo, y a pesar de que en efecto, uno de los objetivos de este nuevo producto es el de cautivar a nuevas audiencias, en ningún momento se olvida de los elementos que hicieron tan especial a la serie en un inicio.