Crear nuevas ideas y conceptos se ha convertido en una actividad de alto riesgo dentro de este medio que tanto amamos, misma que muy pocos publishers y estudios están dispuestos a llevar a cabo. En 2006, Human Head Studios y 2K decidieron lanzar un extraño título en primera persona bajo el nombre de Prey, el cual, tuvo resultados artísticos bastante sobresalientes, pero en lo comercial, nunca terminó por despegar. A pesar de lo anterior, se decidió que una secuela era buena idea y que 3D Realms sería la compañía encargada de hacerla realidad. Luego de muchos problemas y de la cancelación del proyecto, Bethesda absorbió a esta propiedad intelectual para ponerla en manos de Arkane Studios, desarrollador francés detrás de los dos títulos de Dishonored que nos presenta una obra completamente distinta a la original que combina un montón de conceptos para presentar ideas que se sientan frescas y funcionales en casi todo sentido.