Robby, el robot, el auténtico, el original, ha sido subastado y vendido por 5.735.000 dólares – un precio que según dicen es el segundo más caro para un objeto de coleccionista de cine (sólo superado por el «vestido de la escena del metro» que Marilyn Monroe llevaba puesto en La tentación vive arriba.)
Robby fue sin duda la imagen más reconocible y memorable de Planeta prohibido (1956), un peliculón de la historia de la ciencia ficción se mire como se mire. Fue una de las primeras grandes «superproducciones» –lejos de las pelis de serie B de la época–, estaba basada en La tempestad de Shakespeare, la banda sonora era de música electrónica, dicen que inspiró a Gene Roddenberry para Star Trek y además… el protagonista era Leslie Nielsen. Obligatoria para cualquier fan.
En la película Robby sigue las tres leyes de la robótica de Asimov (que datan de 1942) aunque no se diga explícitamente ni esté reconocido: obedece las órdenes que se le dan –aunque sean tan absurdas como «destilar whisky»– y su luminoso cerebro se cortocircuita cuando se le ordena que dispare con el láser para matar a un ser humano, al entrar en conflicto la primera y segunda ley.
Lo que se ha puesto a la venta de Robby –bastante bien conservado, según parece– es todo su ser, que en realidad es un «traje» dentro del cual se puede meter una persona. Está compuesto de tres partes: piernas, torso y cabeza, fabricadas de plástico, goma, madera y …