Rumbo a lo desconocido (Approaching the unknown) es una película ambientada en un futuro no muy lejano en la que el capitán William Stanaforth viaja rumbo a Marte a bordo del Zephyr. Le sigue tres semanas después la capitán Emily Maddox en el Boreas. Son misiones sin retorno, aunque no suicidas porque sobre la superficie de Marte les esperan suministros que han sido enviados con anterioridad para que puedan establecerse allí a la espera de nuevos colonos. Cuentan, además, con un cacharro diseñado por Stanaforth que es capaz de extraer agua del suelo marciano.
Ojo, que vienen spoilers.
Pero como es de rigor las cosas empiezan a torcerse. Pocas semanas después de su lanzamiento el sistema de guiado del Boreas se estropea y Maddox tiene que volver a Tierra. Luego Stanaforth se carga por listillo el generador de agua, que por algún inverosímil motivo a pesar de estar diseñado para sacar agua del suelo es la principal fuente de agua a bordo del Zephyr. Pero no se lo dice a nadie porque no quiere que le obliguen también a abortar la misión e intenta repararlo a la desesperada mientras su aseo personal pasa a tener una prioridad baja, por no decir nula. Y para cuando se enteran se hace con el control manual de la nave para seguir adelante. Eso sí, pilotando a ojo, porque según él mismo dice la nave no le está dando datos acerca de la posición.
Sé que al ver una película ambientada en el espacio …