Parte de los problemas que vienen sufriendo los usuarios rusos a la hora de acceder a Internet en las últimas semanas vienen derivados de la imposibilidad de renovar los certificados raíz de seguridad TLS, a causa de los obstáculos al procesamiento de pagos con las autoridades certificadoras de aquellos países que respaldan las sanciones antirrusas.
La función de estos certificados no es otra que la de indicar al navegador web que el sitio al que están accediendo es seguro (HTTPS), dado que pertenece a una entidad verificada y que permite la comunicación encriptada entre cliente y servidor.
Como decía Ivan Palomov: 'Yo me lo certifico, yo me lo como'
La mayoría de los navegadores disuaden ya de uno u otro modo al usuario de seguir navegando por el sitio cuando no se puede detectar la presencia de estos certificados, por lo que, para evitar que las webs rusas sean marcadas como inseguras (tanto para los usuarios nacionales como para los extranjeros) y pierdan así su tráfico, el gobierno ruso ha dispuesto la creación de su propia autoridad nacional de certificaciones TLS.
Según el Ministerio de Desarrollo Digital, esta nueva entidad proporcionará, a aquellos sitios webs cuyos certificados expiren o sean revocados, "un análogo nacional gratuito […] en el plazo de cinco días hábiles". Por ahora, ya han emitido certificados para los sitios del Banco Central de Rusia y para otras dos entidades financieras privadas.
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