En la búsqueda por revolucionar el hogar, las nuevas tecnologías han abrazado muy fuerte a los dispositivos electrónicos conectados. Un escenario con más futuro que presente, pero que empieza a verse ya como el siguiente paso de la digitalización del entorno. La televisión, hasta hace bien poquito, había sido objeto de pocos cambios. Pero desde hace varios años los fabricantes se han esforzado en mejorarla.
No siempre han estado acertados, es cierto, puesto que los formatos curvados podían haber dado más de sí a nivel comercial, pero representa un ejemplo más de cómo la «caja tonta» ha venido alejándose de ese principio. Samsung, uno de los principales productores, ha virado hacia un entorno muy interesante. La batalla sobre los paneles orgánicos OLED es cada vez más complicada. En la actualidad, muchas de las marcas productoras de televisores ya incorporan modelos con esta tecnología que ofrece negros profundos y colores muy intensos.
Aún así, la firma surcoreana ha renovado otra tecnología, el QLED, de la que es propietaria, y que se sitúa a caballo entre los tradicionales paneles LED y los OLED tan aplaudidos por los consumidores. El problema de esos panales orgánicos, en verdad, es la dificultad de producirlos en masa, su alto precio en los procesos industriales y, además, las dudas acerca de su extensa durabilidad. En cambio, el QLED propone tomar las vir
tudes y beneficios de una y otra tecnología para ofrecer televisores con prestaciones de imagen bastante altas.Eso le ha permitido, además, trabajar …