Los smartwatches y las pulseras inteligentes son dos tipos de dispositivos con los que llevamos conviviendo desde hace algo más de una década. Desde que el primer Apple Watch popularizara el concepto de reloj inteligente, y que firmas como Fitbit o Xiaomi apostaran por las smartbands como una alternativa más ligera y menos intrusiva, millones de dispositivos de este tipo han aterrizado en las muñecas de los consumidores, ofreciendo funciones de monitorización de salud cada vez más avanzadas, y una manera más directa de recibir notificaciones.Pero este tipo de productos tienen un problema de base. Del mismo modo que no a todo el mundo le gusta llevar un reloj clásico, hay quien no quiere permanecer "atado" a un dispositivo de muñeca que está vibrando de manera constante con cada nueva notificación, que debe cargarse varias veces por semana (salvo excepciones contadas), o que molestan a la hora de ir a dormir.Es ahí donde entra en juego una nueva categoría de producto a la que algunas compañías no tan conocidas se han ido acercando desde hace algún tiempo: la de los anillos inteligentes. Un tipo de dispositivo no tan intrusivo como un smartwatch o una pulsera inteligente, pero cuyas capacidades le permiten llevar a cabo una monitorización de salud y activdad tan avanzada como la de un smartwatch.No ha sido hasta ahora, sin embargo, cuando la primera gran compañía tecnológica ha decidido sumarse a la tendencia y lanzar su propio modelo. Hablamos, por supuesto, de Samsung con su Galaxy Ring, que …