Pasan los años, llegan nuevas capas de personalización, más inteligencia artificial... pero el escenario se repite: actualizar sigue siendo uno de los grandes retos para la mayoría de fabricantes Android. Samsung acaba de vivirlo en primera persona con One UI 7, que ha tenido un estreno accidentado y vuelve a poner el foco sobre esa diferencia que la mayoría de usuarios no confiesa… pero sí padece.
En contraposición, tenemos a Apple. Es la marca que ha convertido sus actualizaciones de sistema en un evento global, y nunca mejor dicho. Con la WWDC25 a la vuelta de la esquina, Apple dedica cada año más de dos horas a hablar de sus sistemas operativos en exclusiva. Y, como un reloj suizo, tras unos tres meses de beta pública, una vez se lanza la versión estable, la fecha es la misma para todos y la actualización llega a millones de dispositivos de manera simultánea. En el mundo Apple, actualizar significa confiar: hay una previsibilidad y una tranquilidad que, en otras plataformas, todavía suena a ciencia ficción.
Samsung muestra avances en software, pero la realidad les pesa
No se puede negar la evolución de Samsung en materia de soporte. La compañía surcoreana ha apostado fuerte por el software en los últimos años, prometiendo hasta siete años de actualizaciones para sus modelos más recientes, igualando la propuesta de longevidad que Apple ha defendido siempre. Un compromiso que ha sido bien recibido por la comunidad Android, sobre todo en comparación con otros fabricantes.
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