En 2008, un equipo de investigadores liderado por el arqueólogo Richard Oslisly encontró dentro de un complejo sistema de cuevas de Abanda, en Gabón, una población de cocodrilos enanos bastante inusuales. Estaban adaptados a la oscuridad y a las duras condiciones de la vida en las cavernas. Por si fuera poco, 10 de esos cocodrilos tenían escamas de color naranja.
Un estudio del 2016 señala que, a diferencia de los cocodrilos enanos que viven en los bosques, los llamados cocodrilos cavernícolas no se alimentan de peces, sino de grillos o murciélagos, y nadan en el excremento de estos últimos (también conocido como guano).
Los cocodrilos cavernícolas de Gabón
De acuerdo con National Geographic, Oslisly, junto con el espeleólogo Olivier Testa, y el herpetólogo Matthew Shirley, recolectaron muestras de sangre de entre 30 y 40 ejemplares únicos y compararon su ADN con el de otros 200 cocodrilos terrestres de la región. Lo que descubrieron fue que los cocodrilos cavernícolas transmiten genes diferentes a los de otras especies de cocodrilos enanos en Gabón.
Sobre el inusual color naranja que presentaban algunos cocodrilos macho, el equipo cree improbable que esto sea producto de una mutación genética. Piensan que el cambio en la pigmentación se debe a que pasan el día nadando en una mezcla alcalina de agua y heces de murciélago.
Otra característica de estos cocodrilos es que, a diferencia de sus parientes que viven en el exterior y necesitan luz solar para regular su …