"Tu cerebro puede seguir aprendiendo y cambiando todos los días de tu vida. Eso se conoce como neuroplasticidad, y la buena noticia es que es el único órgano del cuerpo que no se gasta con el uso" — Estanislao Bachrach, biólogo.
La mayoría de nosotros quiere mejorar su cerebro, pero no tenemos mucha idea de qué hacer para ello. Intuitivamente, pensamos que si subimos un par de puntos nuestro IQ, nos irá mejor intelectualmente. Pero a estas alturas de la historia ya sabemos que muchos puntos de cociente intelectual no necesariamente implica ser más sabio, al menos en el sentido amplio de la palabra. Seguro que conoces a un montón de personas con elevados coeficientes que hacen cosas terriblemente estúpidas. Quizá hasta tengas un amigo superdotado que carece del sentido común básico.
La inteligencia creativa es nuestra habilidad para lidiar con situaciones nuevas. La inteligencia práctica es nuestra habilidad para hacer cosas. La inteligencia analítica, nuestra capacidad de procesar datos. En los primeros 20 años de vida, a la gente se le recompensa por su inteligencia analítica. Entonces, nos preguntamos por qué los "mejores y más brillantes" analíticamente son poco creativos o inútiles en la práctica. Y la razón es simple: su especialización.
Tener un gran coeficiente intelectual no significa que alguien sea inteligente, porque los test que miden el coeficiente intelectual solo captan la inteligencia analítica. Esta es una habilidad que reconoce patrones y resuelve problemas analíticos. La mayor parte de exámenes CI no recoge los otros dos aspectos de la inteligencia …