Hace años que probé las bondades de las VPN, motivo por el cual tras experimentar con una versión gratis, di el salto a una VPN de pago que configuré para mis ordenadores, mis móviles y hasta mi televisor. En pocas palabras: es lo mejor que he hecho nunca y se lo recomiendo a todo el mundo.
Las redes privadas virtuales son una herramienta esencial para quienes nos conectamos a internet y nos gusta cacharrear y lo son simple y llanamente por una cuestión de privacidad. Que el tráfico de mis dispositivos vaya a mi IPS y de allí al servidor VPN, saliendo después al destino es una buena idea en cuestiones como la privacidad, pero hay algo donde mi VPN me está viniendo de perlas: inteligencia artificial.
Una VPN es la solución a un mundo con la IA a dos velocidades
Llevar a cabo una navegación privada evita grandes disgustos en un mundo cada vez más conectado a un internet y servicios repletos de vulnerabilidades, bugs e intentos de estafa. Si además acostumbras como yo a trabajar en cualquier parte, conectándote a Wi-Fis ajenas, con más razón todavía.
Por mi trabajo también hay dos razones que me impulsan a usar una VPN: probar software que no está disponible en España todavía y esquivar bloqueos geográficos cuando me toca viajar. Pero es que los bloqueos geográficos también aplican a la UE y si hablamos de novedades, la inteligencia artificial es la más prolífica …