En Windows 10 y 11, al igual que en versiones anteriores del sistema operativo de Microsoft, existe una opción denominada 'Inicio rápido'. Tal y como su nombre indica, se trata de una función que logra que nuestro equipo arranque de forma más veloz el sistema operativo.
Para que dicha opción funcione, Microsoft hace uso de una serie de técnicas inspiradas en las funciones de hibernación y suspensión, haciendo que el proceso de arranque sea más rápido que cuando iniciamos el sistema de forma convencional. Sin embargo, hay veces en las que dicha opción puede ser la causa de algunos problemas de arranque en nuestro equipo. En este artículo te contamos cómo activar o deshabilitar la función si te está causando problemas en tu ordenador.
Una buena opción, aunque puede ser la causa de algunos problemas de arranque
La función de inicio rápido es similar a lo que el sistema hace cuando hibernamos el ordenador. Al presionar sobre 'Hibernar', el sistema guarda la sesión actual en la memoria de nuestra unidad de almacenamiento, pudiendo continuar con la sesión de forma más rápida sin haber sido necesario apagar el ordenador completamente, incluso cuando hay una pérdida de energía.
El inicio rápido viene a utilizar esta misma técnica, aunque en vez de guardar toda la sesión en memoria, lo que hace Windows es cerrar la sesión de cualquier cuenta y guardar la información de la memoria en la unidad de almacenamiento del equipo. De esta manera, cuando volvamos a presionar …