La ciencia funciona de la siguiente manera: alguien propone una idea, que se convierte en una hipótesis de trabajo. Entonces se realizan experimentos y se reportan los resultados. La idea propuesta puede confirmarse o rechazarse, lo que al final de cuentas valida un resultado. Una vez pasada esta etapa, los investigadores normalmente presentan sus resultados en revistas y publicaciones científicas, muchas veces arbitradas, es decir, en donde más de un revisor analiza los artículos enviados y dan su opinión del mismo. Al pasar todas estas pruebas normalmente dicho artículo se publica y entonces otros pueden repetirla experiencia.
Sin embargo, en los últimos años hay preocupación sobre muchos resultados que no se pueden reproducir y que han sido publicados. Este fenómeno puede ser consecuencias de estudios con una pobre metodología o peor aún, que se intente publicar algo cuyo resultado es dudoso o bien que se intente publicar para que los investigadores puedan justificar su trabajo.
Pero tal vez toda esta preocupación está fuera de lugar. Daniele Fanelli, de la Escuela de Economía de Londres, sugiere esto último en la recolección de artículos publicados en los Proceedings of the National Academy of Sciences. Primero, aunque el número de artículos erróneos rechazados ha aumentado, también el número de “journals” que han hecho esto ha aumentado. Tomando en cuenta esto último, el número de artículos rechazados por publicación no ha aumentado.
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Segundo, las investigaciones hechas con dolo (entregando por ejemplo resultados imposibles de repetir), han mostrado …