"Al margen de dibujar imágenes fotorrealistas y mantener conversaciones aparentemente sensibles, la inteligencia artificial nos ha fallado", así comienza un artículo recientemente publicado de Ali Kashani, cofundador y CEO de Serve Robotics. Kashani nos aconseja no tener expectativas sobre la IA propias de la ciencia ficción… y así no exponernos a que termine cundiendo el escepticismo en torno a esta tecnología.
Para saber qué es "propio de la ciencia ficción", conviene tener claro que la IA, hoy en día, puede lograr un rendimiento muy alto si se centra en la precisión o en la exhaustividad, optimizando uno a expensas del otro (es decir, menos falsos positivos a cambio de más falsos negativos, y viceversa); es lo que llamamos una inteligencia artificial lo-fi. Pero, ¿lograr un alto rendimiento en ambos simultáneamente?, ahí es donde aparecen las dificultades:
"Resolver esto sigue siendo el santo grial de la IA. Hoy en día, no existen aplicaciones comerciales que se basen en IA de alta fidelidad. De hecho, puede que aún se encuentren a décadas de distancia".
El Valor-F como medida de madurez de la IA…
Una forma habitual de evaluar la fiabilidad de una IA es su Valor-F, un promedio numérico de precisión y exhaustividad: un Valor-F del 100% (una IA hi-fi) representa una IA perfectamente libre de errores, capaz de manejar todos los casos extremos. Y, en realidad, muchas de las aplicaciones actuales de la inteligencia artificial no requieren ni acercarse a tal valor.
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