Anoche, después de tres intentos pospuestos por meteorología adversa y un cuarto pospuesto porque un crucero se metió en la zona de seguridad, SpaceX puso en órbita el segundo satélite italiano COSMO-SkyMed de segunda generación. Se trata de un satélite radar de observación terrestre. Pero la noticia curiosa de este lanzamiento más allá de su éxito es que el Falcon 9 que lo puso en órbita empezó su vida como propulsor lateral de un Falcon Heavy.
Un Falcon Heavy, simplificando un poco las cosas, son tres Falcon 9 que vuelan juntos. Pero los dos laterales llevan un cono en la parte superior por cosas de la aerodinámica, unas sujeciones en los laterales que le permiten «agarrarse» al central, y algún hardware más que al volar solo no necesita. Pero no hay demasiada demanda para lanzamientos del grandote de la familia –no los hay, de hecho, para ningún lanzador pesado del mercado– así que SpaceX decidió coger uno de los propulsores laterales que tenía por ahí medio muertos de risa y convertirlo en un Falcon 9.
En concreto se trata del B1052, que ayer hacía su tercer vuelo tras haber tomado parte en el lanzamiento del Arabsat-6A en abril de 2019 –la primera misión real de un Falcon Heavy– y de la misión Space Test Program 2 en junio de ese año. El B1052 aterrizó sin problemas en la Zona de aterrizaje 1 de Cabo Cañaveral, así que podrá seguir volando en el futuro. Es la primera vez que SpaceX convierte …