La tormenta arancelaria anunciada por Donald Trump ya dejó su primera víctima: Stellantis. El gigante automotriz informó que despedirá a 900 trabajadores en cinco instalaciones de Estados Unidos y pausará temporalmente la producción en sus plantas de ensamblaje en Toluca, México, y Windsor, Canadá, informa Reuters. La decisión fue comunicada por Antonio Filosa, jefe de operaciones de Stellantis para América, en una carta dirigida a empleados la mañana del jueves, un día después de que se oficializara el nuevo paquete de aranceles del 10% para todas las importaciones y del 25% para el sector automotor.
La reacción fue inmediata. En cuestión de horas, las acciones de Stellantis cayeron 8% en Wall Street y el impacto comenzó a sentirse en las líneas de producción. La planta en Windsor, donde se ensamblan los Chrysler Pacifica, Voyager y el nuevo Dodge Charger Daytona, cerrará durante dos semanas. Mientras que en Toluca, la línea de ensamble del Jeep Compass y el Jeep Wagoneer S estará fuera de operación durante todo abril. Aunque los trabajadores en México seguirán acudiendo a las instalaciones y recibiendo su salario, no habrá producción de vehículos.
Este ajuste no es menor. Afecta directamente a la estructura de producción que Stellantis ha consolidado en Norteamérica desde su nacimiento en 2021. A diferencia de otros fabricantes, Stellantis solo produce localmente la mitad de los vehículos que vende en Estados Unidos. El resto llega importado, principalmente desde México y Canadá. El nuevo entorno arancelario pone …