Steve Jobs tuvo muchas ideas. Muchas fueron revolucionarias, tales como el iPod o el iPhone. Sin embargo, no en todo acertó y en los inicios de Apple cometió uno de sus grandes errores. No fue en torno a productos, sino más bien a gestión, dado que decidió contratar a gestores profesionales para Apple. Fue en los inicios de la compañía y la cosa no acabó nada bien.
En una entrevista de 1980, Jobs confesaba que aquello "no funcionó en absoluto", tildándolos de idiotas al afirmar que, pese a saber administrar, no sabían hacer ninguna otra cosa. Esto es lo que al cofundador de Apple le sirvió para ganar dotes de liderazgo y dejar grandes lecciones para todo aquel que asuma alguna responsabilidad en su trabajo.
No querer ser un líder te convierte en un gran líder
Debi Coleman, una de las primeras gestoras financieras de Apple y prueba de lo que es "ser un buen líder que no quiso ser líder"
En el mundo empresarial vemos a menudo a jefes y gestores que, por muy cualificados que estén sobre el papel, ejercen su poder de forma dudosa. Ya sea con imposiciones poco empáticas o con decisiones que no llevan a la empresa y a sus empleados a cumplir los objetivos. En muchas ocasiones, se debe a una falta de experiencia previa en puestos de menor rango.
Y al hilo de ello podemos interpretar las palabras de Steve Jobs en aquella citada entrevista …