Diciembre de 1977. Mientras la mayoría de familias decoraban sus árboles de Navidad y preparaban las cenas, en las oficinas de Apple se vivía un momento crucial. Steve Wozniak miraba fijamente los circuitos esparcidos sobre su mesa de trabajo. El ordenador Apple II tenía un problema que podía costarle el éxito en el mercado: no tenía una unidad de disco.
En aquella época, los ordenadores dependían de cintas de casete para almacenar datos. Un método lento y poco fiable que limitaba las capacidades de estas máquinas. Sin embargo, la revolución ya estaba en marcha: Shugart Associates había lanzado en 1976 los discos flexibles de 5¼ pulgadas, una versión reducida de los originales de 8 pulgadas de IBM. La competencia ya estaba adoptando esta tecnología, y Apple no podía quedarse atrás.
La decisión de Wozniak que le dejó sin Navidad
Durante una tensa reunión en las oficinas de Apple, quedó claro que el Apple II podría no estar listo para el CES de Las Vegas. Fue entonces cuando Wozniak pronunció las palabras que marcarían su destino navideño: se comprometió a crear una controladora de disco en un tiempo récord.
"Trabajé día y noche, durante toda la Navidad y Año Nuevo intentando terminarlo", recordaría años después Wozniak en su autobiografía. Junto a Randy Wiggington, el empleado número 6 de Apple y antiguo alumno del instituto Homestead (el mismo donde se graduaron Woz y Jobs), se embarcó en una carrera contra el reloj. El 25 …