La ex-ingeniera de Uber, Susan Fowler, ha optado por defender al resto de las mujeres del mundo tecnológico para evitar que pasen por su misma situación.
Cuando saltó la noticia por los aires, justo en el momento en el que Susan Fowler publicaba su artículo personal hablando de la experiencia vivida durante su tiempo de trabajo como ingeniera en Uber, se sucedieron una serie de acontecimientos que han cambiado el devenir de una de las tecnológicas más relevantes del momento.
Como resultado, Uber celebraba justo ayer su noveno cumpleaños sin sus fundadores a la cabeza de la compañía y con una gran crisis de identidad entre las manos. Causado, en gran medida, por el pistoletazo de salida que supuso la importante declaración de Fowler. Ahora no sólo se han tenido que enfrentar a la elección de un nuevo CEO que, por cierto, se espera para las próximas semanas; se añade a la lista la lucha interna entre accionistas, la búsqueda de la rentabilidad y la seguridad de los datos de usuarios y conductores. Y, en cualquier caso, la cuestión de la ex-ingeniera no se ha dejado atrás. Uber se vio en la obligación de realizar un estudio interno, liderado por el ex fiscal general Eric Holder, para llegar al fondo de la cuestión. Se supo que en julio de este mismo año, los resultados de dicho estudio eran presentados ante los empleados de la compañía. Instantes después se confirmaba la máxima: Kalanick era una de las primeras víctimas de ese informe. Nunca …