Los asistentes virtuales han venido ganando capacidades en los últimos años gracias a los modelos de aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Algunas labores específicas, de hecho, empiezan a ser vistas como más prácticas de realizarlas a través de comandos de voz. Pero, sin embargo, los «siri» que incluyen muchos teléfonos móviles y otros aparatos domésticos como los llamados altavoces inteligentes contemplan muchos retos sobre la privacidad de las personas.
Un experimento llevado a cabo el pasado año levantó las sospecha acerca de si determinadas redes sociales como Instagram, una de las más populares, aprovechan el acceso al micrófono de los móviles para «escuchar» las conversaciones de los usuarios y, con ello, sugerir publicidad personalizada online. Facebook, la empresa propietaria de la red de fotografía, no lo ha confirmado de manera oficial, pero estas sospechas son habituales.
De hecho, un estudio de la Universidad de Florida en 2016 ponía de relieve que Facebook es capaz de «espiar» las conversaciones de los usuarios para enviarles publicidad personalizada, aunque la multinacional norteamericana salió a desmentir estas acusaciones posteriormente en un comunicado oficial: «Facebook no utiliza el micrófono del teléfono para añadir publicidad ni para actualizar el News Feed. Algunos artículos recientes sugieren que estamos escuchando las conversaciones de la gente para mostrarles anuncios pertinentes. Eso no es verdad».
Pero el temor persiste. Son casos que pueden probar la existencia de estas estrategias comerciales entre las empresas tecnológicas con servicios digitales. Un miedo acrecentado por otros episodios anteriores como el sucedido …