La lucha contra las emisiones y contra la obligatoriedad de una conducción limitada a la concentración en la carretera requiere de otro paso posterior: la transformación urbana y de la movilidad masiva.
En 2017, decir “coche eléctrico” equivale a decir “Tesla”. No importa que en muchas regiones todavía no se venda de forma oficial o sus ventas sean anecdóticas. Su nivel de innovación e implicación con el coche eléctrico es tan grande que no se puede comparar a ningún otro fabricante. De hecho, el resto están haciendo una transición del motor de combustión al eléctrico, en muchos casos pasando por los híbridos. Y en la mayoría de ocasiones, de forma lenta. Tesla, simplemente, va muchos pasos por delante del resto.
Por si fuera poco, paralelamente a los desarrollos en torno a la autonomía, optimización del uso y eficiencia de la recarga, Tesla está logrando con Autopilot algo más que la conducción autónoma: sus coches son capaces de ver el futuro. El ejemplo más claro es este vídeo en el que el Tesla empieza a emitir un pitido de alerta para avisar del choque que estaba a punto de suceder (y sucedió) muchos metros más adelante.En la última década hemos formado parte de la revolución de las comunicaciones personales. El smartphone empezó a llegar a las masas hace unos diez años tras el devaneo inicial con ejecutivos, y ha cambiado por completo la forma en que nos comunicamos. Compartimos noticias, estados de ánimo, vivencias, fotografías, vídeos, emitimos en directo nuestros momentos trascendentes …