Subtitulado por todo lo alto como «El primer nivel de la inmortalidad» y sustentado en una web tirando a cutre pero con buenas intenciones, me topé con The Companion, un proyecto de esos digamos… inquietantes… que surgen de vez en cuando y nos gusta comentar por aquí. Básicamente consiste en que una persona aporte todo tipo de datos sobre sí misma para que sus seres queridos puedan «recrearle» en el futuro tras su muerte. Eso sí, aclaran nada más empezar que esa «entidad» no tendrá conciencia ni memoria cuando sea recreada, aunque servirá de apoyo emocional y cosas así.
El problema, claro está, es que la tecnología para hacer esto no existe. Resonando con fuerza con las gentes del mundillo de la criopreservación –la premisa es la misma– la idea es simplemente guardar todo lo que se les lleve, que ya luego se inventará «mágicamente» la forma de recrear a la gente en el futuro. Al final mirándolo un poco más a fondo, resulta ser como un alquiler de espacio de almacenamiento en tres planes: 100 GB, 1 TB, y 1 TB + genoma + extras. Como la versión de baratillo de una criopreservación económica propia de bazar de la esquina.
Eso sí, da que pensar la idea y la cantidad de datos que sugieren guardar: fotos, vídeos, documentos, copias de tus ordenadores, teléfonos, datos médicos, transacciones bancarias, registros de las bibliotecas, servicios de streaming, correos electrónicos personales y profesionales… Además de eso recomiendan grabar vídeos de todas las …