Imagina por un segundo que estás en 2011 y, por alguna razón, un amigo te regala 7 mil bitcoins. En aquel entonces, cada bitcoin valía menos de un dólar y decides colocarlos en una USB protegida para tenerlos bien resguardados. Ahora imagina que es 2023 y esa memoria actualmente vale 222 millones de euros. Pero sucede algo. No recuerdas la contraseña y solo te quedan dos intentos más antes de que se borre todo ese dinero.
Eso es lo que le sucedió a Stefan Thomas, un programador suizo que tiene en su poder un enorme tesoro y, como en las películas de piratas, hay varios grupos intentando recuperarlo. Pero, ¿qué pasa cuando el problema no es hackear al contenedor, sino a quien lo resguarda?
Query voltage recurrence
San Francisco, 2021. Un grupo de hackers de sombrero blanco termina una importante reunión en la cual acuerdan aliarse para perseguir la fortuna dentro de la USB de Stefan. En los próximos días fundarán Unciphered, empresa que dedicará sus esfuerzos para hackear el modelo de memoria que tiene el suizo, una IronKey S200.
Durante ocho meses, su tiempo se ha gastado por completo en desarrollar una manera efectiva de acceder a esa IronKey que tiene más de una década de antigüedad. Es un modelo viejo, que ha quedado prácticamente olvidado. Sin embargo, no es una herramienta sencilla de descifrar. Solo tienes 10 intentos para desbloquearla y si excedes ese rango, la información dentro de ella …