Guillermo del Toro es un cineasta único. Y esa declaración ya suena como lugar común. Es fácil encontrar, en retrospectiva, el sello distintivo del director tapatío. Es más difícil explicar cómo un amante del género, un hombre que nunca ha comprometido su integridad artística, un director que deja todo en cada rodaje, haya encontrado tal éxito internacional.
Del Toro representa a todos los frikis mexicanos que alguna vez soñamos con hacer algo más que quejarnos. Es una historia de Benito Juárez para amantes del cine; una inspiración para los que encuentran belleza de lo feo; para los que miran lo sublime en lo horrendo. Del Toro nos prestó su imaginación para viajar a otros lados, para reelaborar los mitos más viejos del mundo, para reescribir nuestras pasiones.
Ahora, nos toca celebrarlo porque “Totoro San” no nada más es un orgullo nacional, sino que es una fuente inagotable de placeres ñoños. Se lo debemos, pues sus obras han hecho más felices nuestros días.
12. Geometría
Geometría fue el segundo cortometraje que hizo Del Toro. Recientemente, lo retocó para la colección Criterion, arregló el color e hizo el dubbing de todas las voces en italiano. ¿Color explotado? ¿Italiano? ¿Fantasía grotesca? Éste es, evidentemente, un homenaje estudiantil a Mario Bava, Dario Argento y la maravillosa estética del horror setentero italiano.
Con todo esto, Geometría es un intento hermoso pero todavía juvenil en la carrera de Del Toro. Fue, también, la primera vez que utilizó maquillaje con látex. Una verdadera joyita que hay que disfrutar en su contexto y …