No, pero son buenas noticias.
Definir nuestra vocación es una actividad que realizamos desde que somos pequeños. Con seguridad, incontables veces escuchaste la pregunta "¿qué vas a ser cuando seas grande?" o versiones de la misma que variaron muy poco con el paso de los años.
Puede que seas uno de esos niños que crecieron seguros de lo que "iban a ser cuando fueran mayores", pero también puede que esas primeras reflexiones sobre lo que "ibas a ser de grande" no tengan nada que ver con tu actividad actual o con tu vocación. También es posible que tengas el trabajo de tus sueños y que, por fortuna, tu trabajo remunerado sea lo que más te apasiona hacer en la vida.
Pero ¿qué pasa si ya somos adultos y no sabemos cuál es nuestra vocación? Otra cosa: ¿qué pasa si son muchas las cosas que nos apasionan y no sabemos por cuál decidirnos? Y, por último: ¿todas las personas tenemos sólo una y verdadera vocación?
Para contestar estas preguntas vale la pena recordar que la edad en la que nos sentimos adultos tiene más que ver con nuestra autopercepción que con la edad numérica o con las expectativas sociales. Es cierto que los esquemas sociales nos van diciendo qué hacer o qué se espera de nosotros a cierta edad, pero muchas veces esto no es más que una falacia social, incluso una trampa, repetida hasta el cansancio y que solo aparenta ser verdad pero no lo es.
Así pues, tener una verdadera y única vocación no …