Verano extremo, temperaturas récords cada vez mayores y si a eso le sumamos estar en un asado, caminando o tomando sol en la playa, cuando acercamos nuestro celular al rostro, ¡está ardiendo! Y es que efectivamente el calor extremo impacta en nuestros smartphones, produciendo efectos momentáneos, pero también de largo plazo.
Este verano fácilmente hemos llegado a temperaturas de 37° ó más a pleno sol, el rendimiento general de nuestros equipos se vuelve más lento e ineficiente, ya que no es capaz de enfriarse por sus propios medios a la misma velocidad que aumenta la temperatura ambiental. La mayoría de los fabricantes recomiendan operar entre los 29 y 35 grados para un funcionamiento óptimo.
Componentes como el procesador o las memorias RAM e interna, empiezan a tener un menor desempeño mientras mayor es la temperatura. Si esto se da reiteradamente, se puede generar un daño irreparable en el dispositivo.
Uno de los elementos que más es afectado por el calor extremo es la batería, ya que ellas están compuestas por sustancias químicas (especialmente Litio) que por un lado se consumen mucho más rápido por su carga y por otro, se puede reducir la vida útil de ella.
Hay otros elementos en el celular que sufren por el calor. Por ejemplo, en casos muy extremos de calor por períodos demasiado largos, se puede generar una reacción que lleve a explotar al dispositivo.También, si exponemos a un calor extremo nuestro celular por períodos largos de tiempo y reiteradamente, el adhesivo que une la pantalla con …