Carol Frohlinger y Deborah Kolb, ambas expertas de la consultora estadounidense Negotiating Women, acuñaron hace año un término que no se pasa de moda, con el que podemos seguir sintiéndonos identificadas a día de hoy. Tiene el nombre de "El Síndrome de la Tiara" y afecta mucho más a las mujeres. Algo que, obviamente, tiene una explicación.
Veamos: imagínate que trabajas bien, te esfuerzas por sacar todo adelante de forma excelente, incluso regalas horas a tu trabajo. Pero tu jefe nunca te aprecia ese trabajo que haces, nunca te valora ese esfuerzo. Al final trabajamos a cambio de un sueldo para poder vivir y, sin un salario decente, nuestra vida se ve mucho más limitada.
Según estas autoras, suele pasar más a las mujeres, que "esperan que, si siguen haciendo bien su trabajo, alguien se fijará en ellas y les colocará una tiara en la cabeza. Eso nunca sucede". Su comentario se centró especialmente en la negociación de salarios iniciales y aumentos salariales, tarea que los hombres tienden a realizar con mayor comodidad que las mujeres.
Creer que el esfuerzo tiene recompensa
Tiene mucho que ver con la educación que recibimos y con el trato social al que nos enfrentamos. Como escribe Sheryl Sandberg (reconocida ejecutiva, ex ejecutiva del imperio Meta) en Lean In: "las mujeres también son más reacias a solicitar ascensos, incluso cuando los merecen, creyendo a menudo que un buen desempeño laboral conducirá naturalmente a recompensas". Muchas mujeres sienten que trabajar duro y "hacer un buen …