Los Mac con el chip M1 de la arquitectura Apple silicon llevan ya el suficiente tiempo en el mercado como para que se puedan sacar conclusiones sobre lo que representan. Desde el punto de vista del hardware y de la autonomía, con los análisis de nuestros compañeros de Xataka y Applesfera, entendimos que estábamos ante la primera pata de una revolución.
Pero, ¿cómo está siendo la transición desde el punto de vista del software? Y no en el sentido de si más o menos desarrolladores están trabajando en portar sus aplicaciones Intel a Apple silicon (que va muy bien), sino a la estabilidad del sistema, de la falta de bugs, etc. Todo ello, en el contexto de otra pequeña transición, la que va desde macOS 10.15 Catalina a macOS 11 Big Sur.
Tras un M1 sobresaliente se esconden los problemas recientes de macOS
El M1 es una bestia en rendimiento por vatio, con una eficiencia muy superior a todo lo anterior. En el día a día, con un MacBook Air se nota mucho. La experiencia con el sistema en lo que a hardware respecta es casi perfecta y la velocidad que indican los benchmarks se siente en el día a día. Hasta ahí todo está bien, y el salto respecto a los equipos de Intel se siente. Pero.
El pero es que en los equipos de Intel podían ser mejorables, podían ser más potentes, etc, pero su problema, salvo en casos como el del Mac …