Hace diez días, nos hacíamos eco de que la compañía de aeronáutica Boeing había sufrido un grave ciberataque a manos del grupo de ransomware LockBit. Boeing confirmó entonces que la brecha de seguridad no afectaba a la seguridad de los vuelos, sino únicamente a su departamento de componentes y recambios, pero no dio más detalles sobre el tipo de información a la que habían accedido los atacantes.
En estos casos, los grupos de ransomware suelen 'secuestrar' información valiosa, que permanece encriptada hasta que la empresa paga un rescate… un rescate con el que también compran la no distribución de dichos datos por parte del atacante.
Durante unos días, la referencia a la filtración de Boeing en la web de LockBit (anunciada antes incluso de que la compañía reconociera el ciberataque) fue suprimida, lo que hizo que se afirmara que ambas partes se habían sentado a negociar.
Ahora sabemos que o bien Boeing ha determinado que la información robada no vale tanto como pide LockBit, o bien sencillamente se ha negado a pagar la cantidad exigida por éstos, lo que ha provocado que el grupo de ciberdelincuentes filtrara este fin de semana aproximadamente 50 GB de datos robados a la Web Oscura.
En Genbeta
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