En internet la seguridad total es una quimera. Pero se le pueden poner las cosas difíciles a los ciberlincuentes. Tener una contraseña segura, en redes sociales y demás plataformas digitales, es el primer paso para ello. Algo a lo que muchos usuarios, todavía a día de hoy, no prestan demasiada atención. Así lo demuestra, sin ir más lejos, el que «123456» y «123456789» hayan sido las claves más frecuentemente filtradas por los atacantes en 2019. Solo la primera de ellas -la más común- ha sido utilizada alguna vez por el 3% de los internautas, según recoge el Ránking de las Peores Contraseñas de 2019, publicado por la compañía de ciberseguridad Splashdata hace unos meses. El informe también sostiene que casi el 10% de los usuarios han utilizado algunas de las peores 25 claves posibles.
Cuando nos registramos en un espacio, y nos disponemos a crear una contraseña, los expertos recomiendan no ser previsibles. Esto pasa por no repetir claves que ya hayamos empleado en otros portales o información personal fácil de descifrar. «Una buena contraseña debe tener una longitud considerable y ser inteligible. El usuario no debe utilizar en ningún caso una palabra que tenga que ver con él, como sería su mes de nacimiento o su nombre. También debe contar con números, letras y signos especiales, como serían asteriscos o símbolos del dólar», señalaba a ABC el experto en ciberseguridad Deepak Daswani hace unos meses.
Contar con una contraseña débil no solo es un riesgo para los datos de …