Donald Trump ha pausado las subidas arancelarias anunciadas la semana pasada, aunque con excepciones. Lo ha hecho para todos aquellos territorios en los que no se ha respondido con un aumento recíproco. La excepción ha sido China, la cual no ha cedido y ha aumentado sus propias tasas, lo que provocó que ayer Estados Unidos elevase de nuevo los aranceles al país asiático hasta un 104%. Desde hoy, la cifra asciende a un 125%.
Apple, cuya valoración bursátil se recuperó al cierre de Wall Street el pasado miércoles, sigue expuesta como una de las grandes damnificadas de las nuevas tasas impuestas a China, país en el que dispone del 85% de fabricación de dispositivos como el iPhone. A ello se ha referido Trump también, quien ve "insostenible" que Apple siga ese camino. Sin embargo, desde la compañía ven la situación completamente al revés: lo insostenible es fabricar en Estados Unidos.
Trump presume de Apple y les enseña "el camino"
Tal y como reveló recientemente Mark Gurman, Apple tiene varias soluciones para no tener que lanzar iPhone a 2.500 dólares. Sin embargo, hay una que ven inviable: fabricar en Estados Unidos. Al menos si lo que se pretende es traer la mayor parte del proceso.
De hecho, fue algo que ya se planteó Apple hace tiempo en pleno mandato de Steve Jobs. En conversaciones con el entonces presidente Barack Obama, la compañía argumentó que Estados Unidos carece de personal cualificado para desempañar las …