Los sueños han fascinado a la humanidad durante siglos, planteando preguntas sobre la naturaleza de la conciencia y la posible existencia de realidades alternativas. Tradicionalmente, los sueños han sido interpretados como un proceso por el cual el cerebro organiza y procesa las experiencias diarias, una especie de mecanismo natural de consolidación de la memoria y regulación emocional. A lo largo de los siglos se ha ido investigando de forma profunda al respecto de esta cuestión. Una de las más notables figuras al respecto fue Freud, con su psicoanálisis y el libro de interpretación de los sueños. Sin embargo, no son estudios fundamentalmente científicos, sino que han sido largamente criticados como acientíficos.Históricamente, varias culturas han considerado los sueños como mensajes de origen espiritual o conexiones con dimensiones superiores. Por ejemplo, en el Antiguo Egipto, los sueños se veían como comunicaciones divinas, y en la Antigua Grecia, figuras como Aristóteles exploraron su posible significado filosófico. Los romanos consideraban los sueños algo profético y le daban una considerable carga simbólica debido a que eran realmente supersticiosos. Con el paso de los siglos y de los milenios, estas teorías menos científicas han ido cayéndose para empezar a adoptar visiones más cercanas a la psicología.Ahora, una teoría más compleja nos lleva a pensar que los sueños podrían representar más que simples recreaciones de nuestras experiencias diarias: podrían ser portales hacia otras realidades o dimensiones de existencia. Un artículo revisado por pares abiertos en Qeios ahonda en esta cuestión y trata de buscarle una explicación interesante.Portales …